La glándula tiroides recibe su nombre de la palabra griega thyreoeides o escudo, debido a su forma bilobulada.

El cáncer de la tiroides es la neoplasia endocrina más común y suele ser de excelente pronostico para la sobrevida, pero también puede manifestarse como una neoplasia letal.

Su incidencia crece debido al aumento en el uso de la ultrasonografía para evaluar la tiroides, lo que ha conducido al diagnóstico de tumores más pequeños, con mejor pronóstico y algunos de ellos probablemente sin mayor relevancia clínica.

La exposición a radiaciones es el factor de riesgo mejor conocido y más estudiado; otros factores incluyen hábitos dietéticos, estilo de vida, paridad y predisposición genética, pero la evidencia es mucho menos consistente.

Suele presentarse como un nódulo tiroideo discreto y por demás asintomático.

En ocasiones, se presenta como ganglios cervicales. Rara vez pueden cursar con alteraciones de la voz (disfonía), dificultad para deglutir (disfagia) odificultad para respirar (disnea).

La biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF) es el mejor medio para la evaluación inicial de un nódulo tiroideo.

La BAAF permite clasificar al nódulo como benigno, indeterminado o maligno.El ultrasonido (US) aislado es poco útil para el diagnóstico de malignidad, pero sirve para evaluar una glándula difícil de palpar, o muy crecida.

La laringoscopia debe hacerse en todos los pacientes, para evaluar motilidad de las cuerdas vocales.

El pilar del tratamiento es la tiroidectomía total. En algunos casos específicos se puede realizar hemitiroidectomia con estudio transoperatorio.

El tratamiento de consolidación se realiza mediante la aplicación de yodo radiactivo.